Desde muy pequeño, Héctor Larrea ya sabía a lo que se quería dedicar para toda su vida: trabajar en la radio.
Y desde que, con tanta determinación, se planteó ese objetivo, Larrea ha logrado consolidarse como una de las más emblemáticas voces de la radio en su país natal, justo al lado de otros grandes como Cacho Fontana y Antonio Carrizo, la “Santísima Trinidad de la radio argentina”, como muchos los llaman.
Cosa de la que, como no, el siempre modesto y simpático Larrea se desliga por considerar que ellos hacían arte y él, radio.
Héctor Larrea: nacimiento y primeros encuentros con la radio
Héctor nació un 30 de octubre de 1938 en Bragado, provincia de Buenos Aires. Para esa época, ya Argentina había dejado su huella en la historia de la radio y desde hace 18 años se encontraba explorando las bondades comunicativas de la misma.
Era muy popular el género del radioteatro y poco a poco los argentinos iban volviendo este espacio parte de su cultura.
Su primera radio
Tan común era el reunirse a escuchar la radio en familia que fue así como Larrea la conoció por primera vez, en casa de sus tías. El amor que le tenía Héctor siendo tan chico, llevó a sus padres a que le regalaran una radio y él mismo cuenta que la escuchaba “de la mañana a la noche”.
A ella le atribuye más aprendizaje que al colegio mismo, al igual que su gran dicción y gusto musical.
El milagro que hizo la radio con la madre de Héctor Larrea
Pero la verdadera realización que tuvo Héctor Larrea con la radio fue a la edad de 10 años, a pocos meses de haber muerto su padre. Y esto ocurrió gracias a que un día, su entristecida y enviudada madre le permitió a Héctor encender el aparato tras algunos meses de luto y al son del programa cómico “El relámpago”, por primera vez en mucho tiempo, sonrió.
Dice el locutor que fue como un milagro y que entonces entendió que la risa podía sanar a las personas y que, a partir de ese momento, su gran sueño sería trabajar en la radio.
Para La Nación contó que su papá, que era músico, “decía que la realidad era lo suficientemente dura como para no salirse de ella un rato, porque sino no se la podía encarar. Yo supe entonces que tenía que darle algo a la radio”.
Y es así como a partir de los 13 años un muy entusiasta Héctor Larrea se ofreció a la red de parlantes en su pueblo. Por primera vez tomaba un micrófono y se presentaba ante la gente desde las esquinas de Bragado, tal vez no era nada significante, pero era el comienzo.
Formación como locutor y primeros empleos en la radio
A pesar de que no tenía ni un peso para comer, llegaba temprano a capital para pisar las radios más famosas de la época y disfrutar de personalidades como Carlos Di Sarli, o Héctor Mauré en radio Belgrano.
Dos años más tarde, le escribió al mítico Antonio Carrizo para saber cómo podía iniciar su camino para trabajar en la radio.
El gran Carrizo le respondió que lo primero era instruirse y, por supuesto tener una gran voz, así que, tomando el consejo de alguien tan reconocido, Héctor Larrea terminó la secundaria y emprendió su rumbo a la capital del país para estudiar en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), recibiéndose en 1961 y comenzando a producir programas en el año 1962 en Radio Argentina.
Héctor Larrea en la TV argentina
Probó también su suerte en la televisión, que estaba en pleno auge. Bajó peso, se compró un traje y se fue hasta el canal 13 donde estaban contratando nuevos conductores.
Inició entonces su carrera actoral en Cuatro hombres para Eva y continuó con la televisión con Norteamérica canta, El show de Sandro y El mundo del Espectáculo. Pero la radio lo llamaba, siempre fue su pasión, y por fin, en 1967, obtuvo su programa.
La llegada de Rapidísimo
Larrea cuenta que se fue hasta la radio El Mundo y les dijo que deseaba tener un espacio lleno de humor, música, tango, folclore y jazz. Los de producción aceptaron, pero a pesar de que solicitó dos horas para el programa, sólo le dieron 30 minutos, por lo que el locutor decidió denominarlo Rapidísimo, un espacio donde debía entrar todo lo que Larrea se había propuesto.
Rapidísimo se transmitió por primera vez un 3 de febrero y tuvo tanto éxito que muy pronto extendieron su media hora con media más.
Fue quizás una de las creaciones más icónicas de Héctor Larrea. A pesar de que tuvo sus inicios en Radio El Mundo, pasó por Radio Continental, donde empezó a crecer enormemente y en donde ganaría el premio Ondas de España, un reconocimiento muy importante en el mundo de la radio.
Además, en Radio Continental Larrea experimentaría por primera vez la fundación de una sociedad y el sistema de coproducción, que le serviría para ayudar a costear la continuación del programa y la asistencia de sus invitados.
Sin embargo, no fue sino hasta que llegó a Radio Rivadavia que consiguió el punto más álgido con el programa en 1973.
El adicto a la música se hizo locutor
Héctor Larrea consciente o inconscientemente, fue el responsable de poner de nuevo en el mapa al género del tango, del cual se le sabe erudito, el bolero y otros que ya no se escuchaban como antes.
Además, dinamizó la radio como nunca y no por nada programas como Rapidísimo estuvieron al aire casi 40 años, hasta el 2004.
Es un melómano que siempre hizo de la radio algo muy personal, siempre colocó la música que quiso, invitó a los artistas que más le interesaban y ha confesado que la razón principal por la que hizo televisión fue para costear a sus invitados, porque la radio no paga demasiado, a menos que se esté del lado de producción.
Como si fuera poco, fue de los primeros locutores en abrir el micrófono a la audiencia y esto fue toda una novedad, ya que en esos tiempos el público sólo podía imaginarse una voz saliendo del parlante, pero jamás la de ellos mismos.
Por Rapidísimo se pasearon figuras como Luis Landriscina, Pueyrredón Arenales, Mario Sánchez, Horacio Scalise, Jorge Marchetti, Carlos Russo, Osvaldo Miranda, Tincho Zabala, Beba Bidal, Jorge Porcel, entre otros.
Y siempre se integraron la música, el humor y la reflexión, tres pilares que a pesar de que caracterizaron el programa, también caracterizan a Larrea.
Otros trabajos en radio y televisión
A Larrea también le llegarían grandes oportunidades en la televisión, como en La campana de cristal o Seis para triunfar en 1986, dónde pudo amasar una cantidad impresionante de televidentes, específicamente 18 puntos de índice, que llevarían al programa a estar más de 7 años al aire.
Recientemente, Larrea se ha sincerado al respecto, indicando que consideraba que el programa era una “porquería”, pero la realidad es que tenía muy buen rating, llevándolo a tener unas cifras de popularidad bastante impresionantes.
Entre otros de sus trabajos televisivos y radiales se encuentran: Una de Cal y Una de Arena (1992), el programa de Larrea (1993), Hetítor está en vivo (1995), Waku Waku (1999) y más recientemente, Recordando el show de Alejandro Molina (2011) y Una vuelta Nacional (2014).
Toda esta increíble trayectoria en la radio y televisión lo ha llevado a ser una de las personas que más ha recibió el premio Martín Fierro, el más importante de Argentina en este rubro.
Héctor Larrea hoy: problemas de salud y retiro de la radio
Para el año 2000 y 2001 hubo que operar al locutor por pólipos en los intestinos y se le detectó cáncer de colon dos veces. Por suerte, logró vencer la enfermedad y hoy se mantiene con su característico porte informal, pero elegante; carismático, pero sabio.
Por estos días, un Héctor Larrea de casi 82 años cuenta a los medios cómo vive la pandemia del COVID-19 desde su casa y cómo se mantiene vigente con dos programas radiales: “El carromato de la farsa”, transmitido de lunes a viernes desde las 14 a las 15 y los domingos con “Gardel por Larrea”, donde hace homenaje al gran cantante de tango, Carlos Gardel.
Este último programa, dice, es algo que nunca se imaginó hacer.
Además, también existen rumores sobre su retiro de la radio. Aunque hace poco aclaró que resuelve mes a mes y que “mientras no haga ni diga tonterías no se retira”, que quiere hacerlo contento y agradecido con el público que tanto cariño le ha tenido desde sus inicios en 1967.
“Lo que pasa es que ya soy grande y nunca se sabe hasta cuándo. Cuando sos grande estás bien, estás bien, hasta que no estás bien, entonces yo por las dudas siempre hago un contrato hasta fin de año”, dijo a Telam en la celebración de los 100 años de la radio en Argentina.
Homenajes y opiniones sobre la radio actual
Su figura es tan simbólica dentro de la radio que también se le ha homenajeado con una biografía: “Héctor Larrea, una vida en la radio” escrito por Martín Giménez, en el que diversos conocedores de su trayectoria cuentan anécdotas y resaltan las hazañas de quien se desplaza hoy con modestia y alegría bajo un sombrero Panamá.
Cuando se le pregunta lo que opina de la radio de hoy, Héctor evita ser demasiado polémico y reconoce que la radio está en un proceso de renovación que no está seguro de cómo va a culminar.
Hace justos señalamientos a que la dirección que se está tomando está muy orientada a lo comercial, al marketing y que, aunque entiende que lo que busca la radio ahora es lo que el público quiere, no es partidario de lo popular y “no le interesa ser empresario”.
Héctor Larrea se mantiene siempre con los pies en la tierra y aunque todos los argentinos lo reconocen como un grosso de la radio, él insiste en que es entrega y amor a lo que a diario le ha regalado tanto.