Un gran imitador, actor, cantante y conductor, ¿de quién estamos hablando? Del multifacético uruguayo Juan Carlos Mareco, un hombre que lamentablemente murió en 2009, pero que dejó un legado excelente que aún genera sonrisas. Si quieres conocerlo más, te invitamos a leer este artículo dedicado a él.
Comienzos de la vida de Juan Carlos Mareco
Fue en el año 1926, el día 20 del primer mes del año, Maruja Iturburúa dio a luz a su hijo con Juan Mareco Arbeleche. El niño se llamó igual que su padre: Juan Carlos Mareco, nació en Uruguay, en la ciudad de Carmelo.
Con todo lo que hizo en su profesión es fácil imaginar que quería dedicarse al mundo del espectáculo desde que era pequeño. Pero no fue así, no negó que de niño jugaba a parecerse a ciertos actores. De adolescente nunca se produjo en él el deseo de ser comediante, actor o cantante.
Aunque decía que sentía que su misión en la vida era hacer reír a las personas, no se dedicó a eso de inmediato. Fue tan buen estudiante en su época secundaria que recibió una beca del Estado para que cursara en Montevideo la carrera de Abogacía.
Época universitaria de Mareco
En cuanto terminó la secundaria, Juan Carlos se mudó a Montevideo para vivir solo en una pensión mientras estudiaba en la universidad. A pesar de estar cursando una carrera caracterizada por la seriedad, Mareco no ocultó su personalidad graciosa y única.
Durante su vida universitaria se dio a conocer en la facultad por su habilidad de imitar tan bien a personas famosas y a sus profesores. Por eso, era considerado todo un personaje y fue en ese momento en que tuvo su primer contacto oficial con el mundo de la imitación.
¡Juan Carlos se hace notar!
Los dotes de imitador y comediante de Mareco no tardaron en sobresalir, tal era su talento que la Troupe Ateniense lo notó. Esta asociación fue formada en el año 1922 y estaba conformada por estudiantes de derecho. Sus espectáculos eran muy conocidos y se componían por secciones cómicas y musicales.
Cuando la Troupe Ateniense lo invitó a presentarse en uno de sus espectáculos, Juan Carlos aceptó. Llevó a cabo su primera imitación frente a un público acostumbrado a disfrutar de los shows de este grupo. En esa ocasión, Mareco imitó al reconocido comediante de México: Mario Moreno, mejor conocido como Cantinflas.
Los efectos de su imitación de Cantinflas
Su imitación tuvo tanto éxito que Radio Carve le ofreció el primer contrato en la carrera de Juan Carlos Mareco. Tenía que realizar imitaciones, pero ¿Cómo lo hacía? ¿Qué diría su familia? Ante el riesgo de que su familia le reprochara esto, el humorista Arthur García Núñez, mejor conocido como Wimpi, encontró la solución.
Wimpi le dijo que era posible que siguiera estudiando mientras trabajaba como imitador en la Radio Carve. Solo tenía que buscar un seudónimo, así como él mismo tenía el de Wimpi, Juan Carlos podía poseer uno. No funcionaría uno de animalito, quizás uno inspirado en un famoso cuento.
Lo siguiente en lo que pensó Wimpi fue en un muñeco de madera que no tuviera voz: Pinocho. El muñeco pudo robarle el alma a un calandria, un ave que imita a otras. Fue así como nació Juan Carlos Mareco “Pinocho”, bajo ese seudónimo comenzó a realizar imitaciones en la radio.
Carrera de Pinocho en Uruguay
Debutó en el Teatro Dieciocho de Julio ubicado en la capital de Uruguay: Montevideo. La obra en la que participó se llamaba “El hombre más lindo del mundo”.
Luego, en el año 1949 participó en “Detective a contramano”, una producción que dirigió Adolfo L. Fabregat. Esta película de comedia también fue protagonizada por Roberto Fontana y Mirtha Torres.
Llegada de Juan Carlos Mareco a Buenos Aires
Juan Carlos Mareco viajó junto a su familia a Argentina a hacer más por su carrera. Además, seguía estudiando Derecho en una universidad de la capital uruguaya.
¿Qué fue de la carrera de Pinocho en Argentina? En este país fue en donde la carrera de Mareco creció considerablemente. Un año después de su llegada participó en la película “El otro yo de Marcela”, estrenada en junio de 1950, así que fue un filme en blanco y negro.
En 1951, Juan Carlos Mareco ya era ampliamente reconocido y no solo en Uruguay y Argentina. Su nombre y seudónimo eran conocidos en otros países latinoamericanos. Entre 1951 y 1967 participó en los siguientes proyectos:
- ¡Qué hermanita!
- El patio de la morocha.
- La cigarra está que arde.
- Una americana en Buenos Aires.
- Una ventana al éxito.
- Su seguro servidor.
Topo Gigio y Juan Carlos “Pinocho”
Este famoso personaje con mejillas rosadas y orejas redondas se dio a conocer en 1958 en Italia. Su éxito fue tan grande que no tardó en ser reconocido en otros países del continente europeo y de todo el mundo. Topo Gigio era conocido en Estados Unidos, México y hasta en Japón.
Fue en el año 1968 cuando la televisión de habla hispana conoció al lindo Topo Gigio. El Show de Topo Gigio se emitió en el canal que hoy se conoce como Telefe, pero el pequeño ratón no aparecía solo.
Juan Carlos Mareco llegó a muchísimos hogares de países hispanohablantes con el Show de Topo Gigio. El multifacético uruguayo mantenía diálogos con el ratoncito, así formaron una dupla inigualable. Esta versión argentina tocó los corazones de muchos pequeños.
Juan Carlos en España
Pinocho Mareco no solo era conocido en Latinoamérica, también realizó parte de su carrera en España. Se trasladó a ese país en 1962, allí trabajó de conductor en un programa de TVE. Los títulos que agregó a su filmografía mientras estuvo en España fueron los siguientes:
- Búsqueme a esa chica en 1965.
- El mago de los sueños en 1966.
- Algunas lecciones de amor en 1966.
En la vida artística de Juan Carlos Mareco no faltaron los buenos amigos, por ejemplo mientras estuvo en España conoció a Joan Manuel Serrat. En la vida personal de Pinocho también encontramos los nombres de varias damas famosas que tuvieron una relación con él.
Un poco de la vida personal de Juan Mareco
Entre las parejas del actor, comediante y presentador se encontraron Mariquita Gallegos, Ana María Picchio, Miriam Sucre, Lolita Torres y más. Estuvo casado con María del Carmen Irazábal, también vivió con Leonor Ferrara, una locutora. Pero fue en 1988 que se casó con Elena Luisa Galtieri, con quien estuvo hasta el final de su vida.
Juan Carlos “Pinocho” no solo tuvo abundante amor romántico, sino también el de sus hijos. Con Gallegos tuvo uno: Damián Mareco, y con Irazábal tuvo dos hijas y un hijo: María del Rosario Mareco, Mariela y Gonzalo. Además, disfrutó de ser abuelo y hasta bisabuelo.
Carrera musical de Mareco
Entre las muchas facetas de Juan Carlos también nos topamos con la música, un campo en el que también se destacó. Fue compositor de “A una novia”, una canción que es bastante conocida en el ambiente folklórico. Además, exploró otros géneros, como el de Jazz.
Juan Carlos Mareco y la poesía
Cuando decimos que fue un hombre multifacético estamos hablando en serio y es que Mareco dio lo mejor de sí en cada área en la que incursionó. En 1987 publicó un libro de poesía titulado “Y tengo una ilusión”. Además, gracias a su dote de poeta escribió los siguientes tangos:
- Yo quiero un tango.
- De qué te quejas.
Premios de Juan Carlos
Mareco recibió 8 premios Martín Fierro, cuatro de ellos fueron en forma individual, pero no solo fue premiado en Argentina. Ganó el Premio Ondas en 1972 y en Estados Unidos se le entregó la Palma de Hollywood.
Últimos años de Juan Carlos Mareco
A finales del año 2008 fue internado en un geriátrico de la zona de Retiro por un problema neurológico, pero no fue Alzhéimer. Fue en el año 2009, el 8 de octubre, cuando sus familiares, amigos y conocidos se tuvieron que despedir de un hombre que marcó la TV y radio de Argentina, Uruguay, España y más.
Juan Carlos Mareco fue inspiración de grandes, como de Fernando Bravo quien dijo que tomaba su toque de humor de Mareco. Juan Carlos debutó como imitador en 1948, en sus décadas de carrera fue actor, cantante, compositor y más. No hay duda, Mareco fue un gran personaje.
Recuerdos de Mareco
Ni en los días más complicados perdió su sonrisa ni su buen humor, para él eran cosas fundamentales. Fue inhumado en Jardín de la Paz, en Buenos Aires, muchos lo recuerdan como alguien de espíritu alegre, amable y simpático.
Quienes compartieron un momento con él decían que su personalidad era chispeante y vivaz. No muchos lo vieron cuando su ánimo no era el mejor o en sus momentos de amarguras. A pesar de eso, Juan Carlos Mareco es recordado por su sonrisa y su carrera que mereció todos los premios que se le otorgaron.